Redacción Ciberadio | Nota de prensa
El café es parte esencial del ADN ecuatoriano. Su aroma, su historia y su versatilidad lo convierten en un ritual diario para millones de personas. En el marco del Día Internacional del Café, un análisis de PedidosYa revela cómo los ecuatorianos disfrutan esta bebida, tanto en casa como fuera de ella, reflejando la diversidad y evolución de los hábitos de consumo.
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El café en casa: entre rapidez y ritual
Cada vez más consumidores optan por preparar su café en el hogar, impulsados por la curiosidad por nuevos métodos y la búsqueda de mayor calidad. El crecimiento de la compra para consumo doméstico refleja cómo la bebida se integra a las rutinas semanales, con picos de demanda los lunes y domingos en horarios como la mañana (9:00 a 10:00) y la tarde (18:00 a 19:00).
Las formas de preparación son diversas: desde una taza rápida al amanecer hasta métodos artesanales con prensa francesa o moka italiana. Mientras algunos priorizan la practicidad, otros valoran la procedencia de los granos, el ritual de la molienda y la experiencia sensorial que acompaña a cada taza.
Café listo: la experiencia fuera de casa
Aunque la preparación casera gana terreno, las cafeterías siguen siendo un espacio privilegiado para disfrutar del café en todas sus variantes. El cappuccino lidera las preferencias de consumo, seguido por el latte, el café americano, el frappé y el mocaccino. La mañana es el momento favorito, especialmente alrededor de las 9:00 a.m., mientras que los domingos concentran el mayor número de pedidos asociados a momentos de descanso, desayuno o brunch.
Las ciudades que destacan en la demanda de café listo son Guayaquil, Quito y Cuenca, seguidas por Ambato y Santo Domingo, donde cadenas reconocidas y cafeterías locales ofrecen tanto bebidas clásicas como propuestas innovadoras. Entre los acompañamientos más solicitados sobresalen los croissants de jamón y queso, la torta mojada de chocolate, los muffins y opciones tradicionales como el bolón mixto.
Una cultura en expansión
El café, más allá de ser una bebida, representa un elemento cultural que une generaciones y acompaña distintos estilos de vida. La creciente diversidad en el consumo refleja un interés no solo por el sabor, sino también por su origen, los métodos de preparación y la conexión con la experiencia diaria.
En medio de rutinas aceleradas, el café se transforma en un símbolo de pausa y disfrute. Ya sea rápido, artesanal, clásico o innovador, continúa siendo un ritual que une, acompaña y evoluciona con los ecuatorianos, reafirmando su lugar como protagonista de la vida cotidiana.





