Cada año, el 31 de octubre se convierte en la noche más terrorífica del año, con la que se da paso al Día de Todos los Santos, cuando se recuerda a los familiares fallecidos. Este día es la cristianización de una fiesta pagana mucho más antigua, realizada en la Edad Media con la intención de incluir al pueblo, entonces reacio a dejar sus costumbres, en la nueva religión cristiana.