El vuelo 2325, operado por un Boeing 737-800 que transportaba a 153 pasajeros y seis tripulantes el pasado domingo 13 de abril de 2025, experimentó una explosión y vibraciones significativas tras el despegue. Según el pasajero Scott Wolff, se escuchó "un fuerte estruendo y una vibración considerable en el avión". Posteriormente, se observaron llamaradas saliendo del motor derecho, lo que generó pánico entre los pasajeros.
Desde tierra, el testigo Wyatt McCurry observó las llamas y expresó su preocupación al pensar que el avión podría estrellarse. El piloto, al ser informado por control de tráfico aéreo sobre la presencia de un conejo en el motor número 2, respondió: "Un conejo en el número 2, eso lo explica".
Afortunadamente, la aeronave aterrizó de manera segura en Denver alrededor de las 8:05 p.m. hora local, sin que se reportaran heridos. Los pasajeros continuaron su viaje hacia Edmonton en otro avión proporcionado por la aerolínea.
La Administración Federal de Aviación (FAA) está investigando el incidente. Aunque los impactos de animales en aviones son comunes, con más de 20,000 reportes en Estados Unidos el año pasado, los choques con conejos son extremadamente raros; en 2023, solo se registraron cuatro casos, incluyendo uno en el Aeropuerto Internacional de Denver.