Esto es así debido a que los progenitores se toman su comida, pero también las sobras de los niños, por lo que de manera inconsciente acaban incrementando el consumo diario de calorías entre 1,5 y 2 kilos. Entones, la paternidad engorda, por eso te damos 5 claves para remediarlo.
1-No te conviertas en el cubo de las sobras
Muchas veces, en nuestro intento de aprovechar la comida y no tirar nada al cubo de la basura, preferimos llenarnos al tomar lo que le sobra a los hijos. Suena muy tentador comerse la salchicha, las patatas, croquetas o el trozo de pastel que haya quedado en el plato, pero piensa en los problemas que vas a tener luego para abrocharte el pantalón.
2-Calcula mejor las raciones
Para que nunca sobre nada de comida en el plato, lo más conveniente sería calcular mejor la cantidad de comida que va ingerir el pequeño en función de su edad y apetito. Échale en el plato la cantidad de legumbres, sopa, puré, pescado o carne que vaya a comer. Si queda con hambre siempre tendrá la posibilidad de repetir un poco más.
3-Apuesta por una alimentación saludable para tus hijos
Es un consejo bastante obvio, pero también hay que destacar que gran parte de la comida que se dejan los niños resulta muy calórica, en donde hay helados, galletas, postres, frituras, preparados no caseros, etc. Lo adecuado sería mantener una adecuada proporción de legumbres, hortalizas, verduras y frutas en el menú semanal, sin olvidarse de la pasta, los pescados blancos y las carnes magras sin grasa. En cuanto al postre, te recomendamos que reemplaces el helado por las brochetas de frutas. Verás como la salud del niño lo agradece y tú también.
4-No le des de comer con hambre
Cuando los hijos son pequeños aún son dependientes y necesitan que algún adulto les dé la comida con la cuchara o el tenedor. Por lo general, comen antes que los mayores. En el caso de que llegues con mucho apetito a esta hora, posiblemente te comas lo que le sobre a él y además devorarás lo tuyo. Para que esto no ocurra lo tienes muy sencillo. A media mañana toma una pieza de fruta o un batido de vegetales que te permitirá llegar con menos hambre a la hora de la comida. Así no acabarás comiendo sus sobras.
5-Reduce tus raciones
Te costará mucho tirar las sobras de tu hijo a la basura, por lo que si decides seguir comiéndoselas, lo mejor sería que que recortases las raciones de tu comida. Así, una cosa compensará la otra y además mantendrás una dieta más o menos equilibrada y sana.
La clave, como acabas de comprobar, pasa por ajustar las raciones de comida que le des al niño, no comerte sus sobras y si es preciso reducir lo que comas al mediodía.
Nota publicada originalmente por OK Diario